29 sept 2010

Bipolar.-

Sé que uno va sin hache, eso es lo que se estila. Aunque hay días que me siento el uno como Atila, y cuando la noche me encandila y me descarrila vuelvo a ser el ultimo de la fila. Y oscila mi ánimo como un vaivén, paso de ser un huracán a un maestro zen. A veces un volcán con el poder de Superman, y después ya ven, soy Clark Kent. Veo el futuro y me creo el rey del imperio, hasta que leo qué dice mi tumba en el cementerio. Encerio, si doy corriente como la anguila, expira mi pila y me quedo sin un amperio. Puedo estar en la cima, sin nada encima, y bien encumbrada mi estimada autoestima, para en picada caer de esa tarima, y explotar como la bomba que borró del mapa a Hiroshima. Y empeoro como el clima, cambio abrigo por blusa, y agarro la bajada acelerada en la montaña rusa. Puedo ser perfecto sin excusas o lo opuesto a lo recto como la hipotenusa. Bajo y subo, freno y sigo, me levanto. Bip bip bip, bipolar. Subo y bajo, sigo y freno, y me hundo. Bip bip bip, bipolar. Así que de mí, no te fíes. Tengo más tabúes que Hindúes y Paquistaníes. Puedo poner los puntos sobre las íes, y después quedar difunto al esquiar sin esquíes. Así es de manso mi pensamiento, el que ríe último piensa más lento. Miento, si parezco amable y cortés, soy intocable como Eliot Ness. Hay días que estoy al revés y voy con desconsuelo al infierno en ascensor en vez de una escalera al cielo. No me salva Robert Plant, ni la suerte de Bugs Bunny, me visto como Kant y pienso como Armani. Pero mis defectos no me acomplejan, y el efecto de las penas son dagas que me aquejan, las veo como marcas en forma vaga, y mas que cicatrices después me parecen llagas. Bajo y subo, freno y sigo, me levanto. Bip bip bip, bipolar. Subo y bajo, sigo y freno, y me hundo. Bip bip bip, bipolar. Down, como un boxeador underground que nunca pasó el primer round, pero enderezó la proa y fuerte como una boa siente que ganó más peleas que Rocky Balboa. Un príncipe azul me siento a veces, confieso. Otras no tan guapo, un sapo mendigando un beso. Soy eso, un cóctel de aceite y agua, parezco dirigido por Buñuel o Kurosawa. En ocasiones contesto lo que siento, pero de esos sentimientos enseguida me arrepiento. Entonces es cuando mis respuestas se apilan, y flotan en el aire como las de Dylan. Mis días desfilan y me fusilan el alma. Días de calma y otros que quiero un arma, y mi karma se desarma como un archivo zip, y empieza a sonar mi alarma bip, bip, bip.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario